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GOTA A GOTA





Empañar un vidrio, agotarse de tanto pedalear, desaparecer entre el vapor y finalmente dibujar, actividades de una práctica de agotamiento, como la llama el colectivo autoArt. Agotamiento físico, agotamiento del material. Actividades cotidianas complejizan las relaciones entre acción y mirada gracias a una suerte de aparato sofisticado de la visión. Para hablar de esta obra -debo confesar que no estuve ahí- y sin embargo tengo un registro en video y una detallada descripción del proceso y ejecución de “Empañar”. Hay dos fuerzas que me mueven a escribir: el gasto de la energía y la conciencia de la mirada. Para escribir me restan entonces una serie de filtros, capas, y la distancia de su lectura; la imagen aparece y desparece al pensamiento en una acción de exhalación, de un parpadeo. Aclaro no estar ahí porque quizá me proponga un punto de vista recurrente en el trabajo de este colectivo: el punto de vista se agota en la acción de mirar, que deja ver desde el instante una puesta en escena que se agota en sí misma.

Puesta en escena o puesta en abismo, la vitrina como lugar de contemplación queda reafirmada en la conciencia del ver para desdibujarse. Realizada en la madrugada, registrada in situ y montada para el día de la inauguración en la vitrina del Lugar a Dudas, el punto de vista del espectador es la calle caleña mientras el colectivo de tres artistas mantiene en equilibrio y pedalean sus bicicletas sobre tubos de aluminio. En el pedaleo ninguno sale del lugar (a dudas), suerte de acción continua y laberíntica sin descanso, donde quizá se mida la resistencia del público que mira de pie frente a sus cuerpos en movimiento circular. Poco a poco, el vidrio se empaña, aparece el filtro y perdemos la definición de las figuras, además se nos revela un dibujo compuesto por líneas sobre el vidrio. Mientras lo accionistas desaparecen el ver empañarse la obra es la acción seguida. El cuerpo brilla sobre la superficie fría, entra en contacto el sudor de artista con el aparato de la visión, la energía que queda o que sobra, que necesita ser expulsada o entregada. Lo que queda del gesto al cabo de media hora de pedaleo, casi sin interrupciones, es un vidrio empañado y tres bicicletas. Gota a gota del cuerpo, los materiales en su economía práctica revelan un flujo de recursividad que no asegura la recuperación el gasto energético y el esfuerzo físico. Jamás se recupera esa energía, ¿es ésta en sí misma una acción de pérdida? Agotamiento del cuerpo colectivo, el grupo insiste en continuar, insiste en pedalear. El acto heroico resulta siendo vapor de agua, tan efímero que da rabia.

El trabajo colectivo de autoArt nos conduce a una sensación física del agotamiento, pero quizá sin proponérselo, a un talento y una técnica sin finalidad, donde juegan el equilibrio del pedaleo y el esfuerzo físico sin mayor esfuerzo artístico. Sin la acción de pedalear no aparece la huella, del gasto de energía se produce el instante de lo visible en una paradoja de la voluntad de ser. Cuando se entrevén las líneas sobre el vapor del vidrio algo arroja a la facultad de ver y de dibujar una profecía no cumplida del artista que prefiere instaurar un complejo aparato orgánico para volver a ver y dibujar. Empañados como el vidrio por fin vemos el dibujo. Como si pudiéramos reinventarnos paso a paso el órgano de la vista, el trabajo revela una a una las capas de lo visible para terminar luego por emborrarlas.

Quiero repetir una vez más que no estuve ahí, pero eso no quiere decir que no lo ví. El video de registro que hizo parte de la muestra también me pone en resistencia con el tiempo de lo vivido y con el tiempo de la repetición de una acción que no lleva a ninguna parte. Me pregunto entonces si este colectivo propone además con esta práctica el agotamiento y el empañamiento para estructurar una revisión de las acciones cotidianas y sus restos. O si por el contrario abre la cuestión hacia la creación en estos tiempos de las grandes necesidades y deseos, donde tal vez la insistencia solo conduzca a la extenuación. Una pérdida de energía supondría recuperar a través del impulso de lo que queda: un vidrio empañado, un video empañado, nada para ver porque tiende a agotarse (1).

(1)
El texto de la página de Autoart sirvió de guía al ensayo. Empañar es una de las "prácticas de agotamiento" que viene realizando el Colectivo autoART desde el año 2007, en este caso la práctica tuvo lugar en el espacio "La Vitrina" de Lugar a dudas en la ciudad de Cali, el día 27 de agosto de 2011 a la 1:00 am y permanecerá en proyección hasta mediados de septiembre. Este proyecto se plantea a partir de un dibujo que se revela por el empañamiento del cristal de La Vitrina, por medio de la exhalación y el desprendimiento del calor del cuerpo producido por una rutina de ejercicio físico de tres personas durante un periodo de tiempo (30min). Esta intervención trata entonces de un ejercicio experimental que echa raíces en nociones como el dibujo y la pintura. El empañamiento se convierte en consecuencia de una Práctica de agotamiento, situación que pretende evidenciar a partir de la agitación del cuerpo un momento particular del estar; la imagen de este modo aparece como el resultado de una manera de habitar los espacios que, en nuestro caso, es una condición necesaria para poder crear.


Sobre la acción “Empañar”
Del Colectivo autoArt
Lugar a Dudas
Por Violeta Ospina Domínguez